viernes, 17 de abril de 2015

Reseña Luces del norte (Philip Pullman)

Título: Luces del norte

Autor: Philip Pullman

Saga: La Materia Oscura 1/3

Editorial: B

Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta

Precio: 16,95 €

Número de páginas: 382

Sinopsis: El extraño y secreto aletiómetro que Lyra posee la obligará a emprender un increíble viaje que habrá de llevarla a las gélidas tierras árticas, donde reinan los clanes de las brujas y luchan los osos polares. El destino que la aguarda puede tener consecuencias inconmensurables más allá de su propio mundo...

Opinión personal: En una época de alta tensión política, lord Asriel viaja al norte, más allá de Laponia, para comprobar qué ha sido de la desaparecida expedición Grumman, la cual investigaba el fenómeno de las luces del norte o auroras boreales. Lo que allí descubre, la existencia del Polvo y de otros mundos (visibles a través de las luces del norte), le dejará en una posición vulnerable, pues hay quienes no quieren que se sepa de su existencia, ya sea por motivos políticos o religiosos. Su sobrina, Lyra, se verá involucrada en el asunto y pondrá rumbo a Londres junto a la señora Coulter, nombrada su tutora.
Por otro lado, muchos niños comienzan a ser secuestrados con un fin dudoso pero poco ético, lo que llevará a Lyra de Londres al norte de Laponia, contando con diversos aliados: gitanos, brujas y osos polares acorazados; así, Lyra y sus compañeros se enfrentarán a tártaros y "zampones". Lo que ella no imagina es lo que el destino tiene reservado para ella.


Tengo mucho que decir sobre esta novela. No todo es bueno, y no todo es malo. Aunque a veces me generaba sentimientos contradictorios o poco definidos, he de decir que al final me ha gustado y entretenido, pero sin más. Iba con las expectativas bien bajas, ya que la adaptación cinematográfica, La Brújula Dorada, no me gustó y me aburrió soberanamente. Además, ya iba avisada de que la primera parte es la más floja, que después, la trilogía mejora. Veremos si es verdad, por mi parte, tengo bastantes ganas de averiguarlo.

En primer lugar, Luces del norte nos presenta un mundo de fantasía, a primera vista, conocido; pero, realmente, tiene poco que ver con el mundo que conocemos. Encontramos nuestro mundo pero ligeramente distinto y alterado, con un poco de estilo steampunk. Pero (y aquí viene el primer punto negativo) los hechos se sitúan en una época difícil de ubicar (de hecho, ni se menciona en todo el libro), quizá una fusión entre los siglos XIX y XX. No saber dónde o cuándo transcurre una historia, para mí, es un fallo de los gordos, sobre todo cuando el escenario nos es conocido, siendo un elemento importante y recurrente en la trama. No me ha gustado y me he encontrado un poco perdida en ese sentido.

Además, muchas cosas se dan por sabidas (¿qué es la ambarología?, ¿qué son los espíritus de carbón?, ¿qué son los skraelings?, etc. Si la época estuviera más definida, sabríamos qué son la ambarología y los skraelings, términos que existen. Pero, Wikipedia no me ha resuelto mi duda acerca de los espíritus de carbón). El mundo creado no se explica en absoluto: ni lugares geográficos (puesto que varían ligeramente del nuestro), ni magia, ni industria... Todo esto te sume en varios quebraderos de cabeza; no saber cómo funciona el mundo te hace pensar que algunas cosas ocurren muy convenientemente, te mantiene en la ignorancia, haciendo que partes de la trama se tambaleen notablemente.
Dicho esto, no estaría de más un mapa a comienzo de la novela.

Por lo demás, se trata de una novela algo introductoria, con poca acción (salvo del final de la segunda parte en adelante, pero algunas escenas son un pelín confusas) pero bastante misterio; a medida que avanza la historia, ésta se vuelve más interesante e intrigante: conocer los secretos del Polvo, el mundo reflejado en las Luces Boreales, los niños y los daimonions es algo que me ha mantenido enganchada hasta el final.
Gracias a ello, encontraremos aventura, traiciones y conspiraciones políticas y teológicas,e irán surgiendo una serie de revelaciones. Por tanto, serán importantes en la trama el poder político y teológico, con sus intereses en juego; pero no son la parte fundamental del argumento, pues éste se acerca más en la fantasía, eso sí, combinada ligeramente con estos aspectos.
De los distintos organismos políticos que existen, el que más destaca es la Junta de Oblación, empeñada en mantener en secreto el Polvo (o partículas Rusakov), un tipo de partículas especiales que atraen los humanos.

Sin duda, un punto a favor del libro es la fantasía que destila, la cual se refleja en criaturas como los daimonions, las brujas, los osos polares, o en aparatos como el aletiómetro.
Los daimonions son seres protectores, compañeros inseparables de los humanos, unidos por un poderoso vínculo, que cambian de forma animal a voluntad. Sin embargo, una vez que sus compañeros humanos se convierten en adultos, los daimonions adoptan una forma animal fija, sin opción de transformarse nunca más.
El aletiómetro (la "brújula" dorada) es un artefacto que muestra la verdad, sumamente difícil de leer e interpretar, ya que cada símbolo cuenta con multitud de interpretaciones diferentes.
Y, volviendo a los fallos o lagunas, el autor no explica qué son los daimonions (nos hablan de ellos desde el principio y no es hasta la mitad del libro cuando podemos percibir ciertas pinceladas sobre su razón de ser. Es más, son algo básico y ni los propios protagonistas saben algo sobre su origen o... Es como si nosotros no supiéramos qué son nuestras manos).

Por otra parte, el argumento se desarrolla en varios lugares distintos: la Universidad de Oxford y Londres, y las regiones árticas: Svalbard y Bolvangar; así, podremos conocer, entre otros, un poco más sobre los terribles tártaros que asolan el lugar y los panserbjýrne, los osos polares acorazados en el norte. Sin duda, este cambio de ambientación es lo que hace a la novela más interesante, junto con su fantasía.
Y, para finalizar con esta parte, algo de lo que no he sido consciente hasta ahora: ¡no hay romance de ningún tipo!


En Luces del norte hay gran variedad de personajes, buenos, malos, adultos, niños, humanos, no humanos... tantos, que es difícil nombrarlos a todos. Además, todos ellos están bien trabajados y caracterizados.
Lyra, la protagonista, es una niña muy curiosa, rebelde, impertinente y aventurera (y también un poco repelente e inaguantable a veces). A veces es muy dada a la tosquedad o darse aires de superioridad. pero al final va evolucionando paulatinamente, llegando a caerme mejor. Es valiente y se preocupa por los demás.
El daimonion de Lyra, Pantalaimon (¿no será un digimon?), es un poco cobarde pero no duda en enfrentarse a quienquiera que ponga en peligro a su compañera. Podría decirse que su "misión" es proteger a Lyra y evitar que se meta en problemas (buena suerte, Pan...).
El resto de daimonions no destaca sobre ningún otro, excepto el mono dorado de la señora Coulter o el ganso de Serafina Pekkala, una reina bruja.
Lord Asriel, tío de Lyra, ostenta un importante cargo con influencia política y docente; es un hombre severo, poderoso, inteligente pero también odioso. Tampoco me ha gustado especialmente este personaje, me ha resultado un poco petulante (definitivamente, se nota que Lyra y él llevan casi los mismos genes, y la relación entre ambos dista mucho de alcanzar lazos afectivos).
La señora Coulter, una mujer muy bella, ambiciosa y privilegiada, engatusará a Lyra con anécdotas de exploradores y eruditos sobre el Polo Norte, además de intentar mantenerla a su lado en todo momento. A pesar de ser un personaje importante, no aparece tanto en comparación con otros personajes.
Lyra contará con la ayuda de diversos personajes que la protegerán, entre ellos, algunos giptanos (Farder Coram y Ma Costa, junto con John Faa, rey de los gitanos), Serafina Pekkala (bruja al frente de uno de los clanes) e Iorek Byrnison (un panserbjýrne renegado y feroz, desterrado de su reino)
Por último, también hay que mencionar a Lee Scoresby (aeronauta contratado por los giptanos y aliado de las brujas y Lyra), Iofur Raknison (el rey de la fortaleza de Svalbard, un ser astuto e inteligente) y los "zampones" (los secuestradores de niños).


La narración se realiza en 3ª persona del pasado, centrándose en la perspectiva de Lyra, pero también abarcando el punto de vista de otros personajes si el desarrollo de la trama lo requiere. Se trata de una narración muy detallada y sólida que no se centra mucho en pensamientos de la protagonista; los pocos pensamientos que aparecen no están señalados ni diferenciados, por lo que se confunden fácilmente con el resto de la narración.
La novela se encuentra dividida en tres partes muy diferenciadas entre sí, con capítulos titulados y un poco largos.


El lenguaje es un poco "arcaico" y en ocasiones chirría, pues algunas expresiones parecen traducidas literalmente y en español pierden un poco su significado ("college" en lugar de "facultad", "lo entro" (what?) para referirse a meter unas cajas en una habitación... y así sucesivamente). Hay que tener en cuenta que la novela se publicó en 1995 y el lenguaje evoluciona, pero para mí, en cierto sentido, este tipo de lenguaje puede "dificultar" ligeramente la lectura.
Un apunte: cuando se habla de "giptanos", al parecer, el autor no se refiere a "gitanos" (como yo había entendido, creyendo que se trataba de otro término arcaico), sino a otro pueblo de nómadas comerciantes. Otro de los inconvenientes de que no se explique nada y tengas que tirar de Wikipedia...
Por lo demás, se trata de un lenguaje elaborado y muy cuidado, meticuloso. Además, se sirve de descripciones bastante detalladas y exhaustivas, sin llegar a rozar la pesadez. 


Nada más comenzar la historia, el ritmo es bastante ágil, puesto que la acción va al grano, deteniéndose poco o lo estrictamente suficiente en otros detalles que no sean relevantes para el argumento del libro. Pero, conforme avanza el resto de la trama, y según en qué momentos, el ritmo se va ralentizando paulatinamente, ya sea porque el autor detiene en aspectos que nos preparan para la continuación del argumento, o porque el ritmo se vuelve más lento. En este aspecto, a veces la lectura se hace un pelín cuesta arriba, pero según se van sucediendo las escenas de acción que nos acercan al final del libro, el ritmo vuelve a agilizarse.


En cuanto al final, por fin nos dan respuestas, con un cariz religioso pero de origen fantástico. Se trata de un final abierto que promete tensión y acción, y finalmente se queda en un "quiero y no puedo": apenas se presta atención a la batalla y la escena final, a parte de resultar confusa, carece de coherencia y sentido:

si para tender el puente hacia el otro mundo se necesita la energía resultante de separar a un niño de su daimonion mediante el corte, ¿cómo es que lord Asriel los separa sin más? No se ve qué hace, ni tiene cuchilla... nada. Simplemente se separan, casi alegremente, de forma muy brusca y sin saber qué ha pasado.
Y por otro lado, a pesar de que compartían un interés común, lord Asriel y la señora Coulter perseguían métodos distintos, llegando a odiarse y casi matarse. ¿Entonces a qué narices viene esa escena de enamorados apasionados pero, oh, separados, por su inminente destino? ¿Esa escena de "oh, ven conmigo y no te mataré", pero "oh, no puedo, sabes que no", etc. etc., en medio de besos y abrazos? Un absurdo (y fuera de lugar) intento de drama gratuito. No, gracias.

Al margen de eso, la verdad es que me he quedado con bastantes ganas de conocer que ocurre en La daga y El catalejo lacado, ver qué posibilidades nos pueden mostrar y hasta dónde nos pueden llevar.


En definitiva, Luces del norte supone la primera parte de una trilogía fantástica con un planteamiento muy interesante, mezcla de fantasía e intrigas ideológicas, pero con notables lagunas y falta de información en algunos sentidos. 

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